miércoles, 10 de junio de 2015

Koyaanisqatsi

Fue lanzada al público hace ya un tiempo considerable, en 1982. Sin embargo el proyecto venía desarrollándose desde 1975, llevando varios años en su concepción y elaboración profunda. Esta obra magnífica y casi hipnótica no tiene diálogos. Los protagonistas son las sucesiones de contundentes imagenes que hablan por si solas, sus juegos con los tiempos, y todo ello magistralmente ensamblado con la música minimalista de Philip Glass. En esta película la música no es un complemento, sino un actor principal.

Más que nada esta película es una experiencia sensorial.Muestra una visión única y nunca antes explorada de la colisión entre dos mundos: El mundo artificial y el natural. El desarrollo humano, las ciudades y la tecnología, frente al medio ambiente.Es una animación de imágenes ensambladas con la música, a partir de la cual el espectador puede crear su propia interpretación, sus propios valores y su personal e intransferible experiencia artística.

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